Hadas
La palabra hada procede del latín fata, sí mismo resultante de fatum: el destino. La etimología deja pues pensar que la hada estaría vinculada al destino, dotada con una subvención de predicción o de una capacidad para influir sobre el destino. Esta raíz latina, devuelve pues a una criatura tutelar, las que examinan la cuna de un recién nacido para aportar protección y gracias mágica. Esta definición es una referencia a los tres Moarés, divinidad guardianas del Destino, de la mitología griega (los Parqueados de la mitología romana). Con la hada fata, se encuentra también al arquetipo clásico de las hadas “matronas”, como en Lo Bonito a la madera durmiente.
El término moderno “hada”, se utilizaba antes también como tal adjetivo, “fé [3]” o “faé [4]”, en antiguo francés. Se lo utilizaba por ejemplo con respecto a una madera faé o a una joya fé. El adjetivo que toma entonces el sentido “de encantado”, afectado por una magia. Se encantó se utiliza también el verbo féer, encantar o [5]. Este empleo ampliaba el significado de las hadas; tenían la subvención de lanzar suertes, los encantamientos, ilusiones capaz de alterar las emociones y las percepciones, y se dotaban así con la capacidad de parecer impresionantes, terrificando o invisibles.
Tienen en cuenta que en francés moderno, además de un uso restrictivo como nombre, hada tiene la clase gramatical femenina, lo que acentúa ciertamente la característica sexuada femenina, de una visión moderna de la hada.
Gnomos escandinavos.Pero en otras culturas occidentales, hada es traducida en una palabra sin vínculo con la raíz latina fata. Por ejemplo, los cultivos irlandeses o escandinavos, con las raíces sidh o alf [6], resultantes del gaëlique o del norrois. Se constata entonces, que la definición de la naturaleza y el papel de las hadas es mucho menos restrictiva, lo mismo en la etimología que en el folclore mágico.
Esta comparación de las traducciones, permite aportar una definición más global basándose en las referencias idénticas entre los distintos folclores:
La hada es una criatura sobrenatural y mágica, a menudo humanoide e inteligente, vinculada a las fuerzas de la naturaleza (o el Otro Mundo), y vivo al margen del mundo del humanos.
Esta definición ampliada de las hadas, permite entonces reunir en torno a la palabra “hada” de las criaturas que parecen presentes en todas las culturas: Los elfos y gnomos escandinavos, los bansheeds célticos, los apsaras indios, los kitsunes japoneses…
El término moderno “hada”, se utilizaba antes también como tal adjetivo, “fé [3]” o “faé [4]”, en antiguo francés. Se lo utilizaba por ejemplo con respecto a una madera faé o a una joya fé. El adjetivo que toma entonces el sentido “de encantado”, afectado por una magia. Se encantó se utiliza también el verbo féer, encantar o [5]. Este empleo ampliaba el significado de las hadas; tenían la subvención de lanzar suertes, los encantamientos, ilusiones capaz de alterar las emociones y las percepciones, y se dotaban así con la capacidad de parecer impresionantes, terrificando o invisibles.
Tienen en cuenta que en francés moderno, además de un uso restrictivo como nombre, hada tiene la clase gramatical femenina, lo que acentúa ciertamente la característica sexuada femenina, de una visión moderna de la hada.
Gnomos escandinavos.Pero en otras culturas occidentales, hada es traducida en una palabra sin vínculo con la raíz latina fata. Por ejemplo, los cultivos irlandeses o escandinavos, con las raíces sidh o alf [6], resultantes del gaëlique o del norrois. Se constata entonces, que la definición de la naturaleza y el papel de las hadas es mucho menos restrictiva, lo mismo en la etimología que en el folclore mágico.
Esta comparación de las traducciones, permite aportar una definición más global basándose en las referencias idénticas entre los distintos folclores:
La hada es una criatura sobrenatural y mágica, a menudo humanoide e inteligente, vinculada a las fuerzas de la naturaleza (o el Otro Mundo), y vivo al margen del mundo del humanos.
Esta definición ampliada de las hadas, permite entonces reunir en torno a la palabra “hada” de las criaturas que parecen presentes en todas las culturas: Los elfos y gnomos escandinavos, los bansheeds célticos, los apsaras indios, los kitsunes japoneses…
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